Spanglish y la hibridación

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Spanglish y la hibridación de la comunidad hispanoamericana

Screen Shot 2016-10-25 at 3.15.32 PMEl cinco de mayo de 2016 Donald Trump—el candidato presidencial republicano—tuiteó “I love Hispanics!” con un foto de si mismo en el que él come una ensalada de taco. ¿Pero quién son estos hispanos? Su tuit ilustra como los hispanoamericanos pierden su individualidad en la cultura popular. A pesar de sus nacionalidades distintas, idiomas diversos, generaciones múltiples, y narrativas personales ellos son agrupados juntos en la categoría amplia de “Latinos.” Según Trump, una comida inauténtica—una mezcla de lo latino y lo norteamericano—representa casi una quinta parte de la población de los Estados Unidos. Por eso, el tuit es un acto de hibridación. Un acto que rechaza el derecho de la diáspora hispana a definir su propia identidad individual para asimilarla en un molde predeterminado.

Aunque las palabras de Trump son abiertamente racistas, hay formas de hibridación más sutiles—y entonces más subversivas. La palabra Spanglish significa una mezcla de español e inglés. En la cultura popular es el idioma de los hispanoamericanos, una forma de identidad que distingue la diáspora hispana de sus vecinos gringos y su familia que se ha quedado atrás. Sin embargo, Spanglish también es un tipo de hibridación. El término no refleja la amplia gama de los orígenes étnicos, las ubicaciones, las edades, y las generaciones de los hablantes. Para identificarse con el híbrido genérico de Spanglish, los hispanoamericanos se niegan su habilidad de reconocer la singularidad de su propia manera de expresión. Se niegan las tensiones que existen en las partes múltiples de su identidad y entonces reprimen su esencia fundamental.

A primera vista, los actos de hibridación parecen productivos porque aceptan la existencia del “Otro.” Por ejemplo, el término afroamericano es más políticamente correcto que negro porque reconoce que los negros son miembros plenos de la sociedad estadounidense. En su definición cultural del híbrido, sin embargo, Heriberto Yepez sostiene que “Not able to recognize and accept the other in its complete otherness, we turn it into hybrid, i.e. half me, similar to US. (Not Other).” De esta forma, hibridación simplifica las luchas internas tumultuosas de la identidad en uniformidad agradable. Produce el “Happy Hybrid,” el modelo de la minoría, que no resiste pero se asimila. Se conforma en la persona la sociedad quiere que sea más que interroga la persona que es.

Spanglish ejemplifica la hibridación que Yepez describe. En su artículo “El llamado espanglish” Ricardo Otheguy analiza la estructura lingüística de español en los Estados Unidos. Concluye que Spanglish es simplemente uno de la multitud de variedades de español popular en el mundo y entonces no es un idioma distinto que merece su propio nombre. Sin embargo, muchos hispanoamericanos consideran Spanglish una seña de su identidad. Otheguy declara, “Los lideres ‘latinos’ que proponen que su lengua sea el espanglish (no el español) entroncan—tristemente—con una antigua tradición norteamericana de denuesto a los inmigrantes provenientes del mundo hispánico.” A través de su incorporación de hispanoamericanos en la sociedad norteamericana, el híbrido Spanglish priva a ellos su dominio verdadero de español y/o inglés. En el proceso de la hibridación, Spanglish desecha las historias personales que son incorporadas en cada idioma. Como un término global, Spanglish no puede reflejar las experiencias distintas que construyen el lenguaje de un individuo.

Unknown-2En el texto poético Dominicanish, Josefina Baéz explora como su herencia dominicana influye la formación de su identidad en los Estados Unidos a través de su lenguaje. Ella refleja, “There’s no guarantee/Now I’m another person…Laughing in Dominicanish…Here I am chewing English/And spitting Spanish.” Como una inmigrante de la República Dominicana, Baéz cuesta descubrirse en los Estados Unidos. Más que se asimila y subyuga su individualidad a la comunidad latina existente en los Estados Unidos, Baéz acoge la resistencia inherente en su identidad. Su uso de ambos inglés y español, su manera de expresión, refleja sus experiencias personales. Ella entonces rechaza el híbrido de Spanglish y define su propio idioma y identidad como Dominicanish. Su texto ilustra como Spanglish fracasa a tocar la superficie de las identidades diversas en la comunidad hispanoamericana.

Los líderes hispanoamericanos desprecian, con buena razón, las generalizaciones indiscriminadas de forasteros como Donald Trump. Actos de hibridación como Spanglish, sin embargo, son una forma de discriminación internalizada. Hay latinos—los híbridos felices—que no sienten el conflicto interno de su identidad. Pero el híbrido, la resolución entre dos partes distintas, no debe ser el criterio de formar parte de la comunidad latina. Spanglish no refleja la diversidad dentro de los hispanoamericanos y niega la resistencia y contradicciones en sus identidades. Como Josefina Baez describe, muchos hispanoamericanos existen “ni aquí ni allá.” Definir su identidad como un híbrido destruye las dimensiones paradójicas de su personeidad.

Bibliografía

Baéz, Josefina. Dominicanish. 2000.

Otheguy, Ricardo. “El llamado espanglish.” Enciclopedia del español en los Estados Unidos, Coord. Humberto López-Morales. Instituto Cervantes & Editorial Santillana, 2009, p. 222-247.

Parker, Ashley. “Donald Trump’s ‘Taco Bowl’ Message: ‘I Love Hispanics.’” New York Times, 6 de mayo 2016.

Stepler, Renee and Anna Brown. “Statistical Portrait of Hispanics in the United States.” Pew Research Center, 19 de abril 2016.

Yepez, Heriberto. “On ‘Hyrbid.’” ‘Dictionary.’ Cross Cultural Poetics.

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