La psicología del subdesarrollo

"La memoria del subdesarrollo" dirigido de Tomás Gutiérrez Alea

“La memoria del subdesarrollo” dirigido de Tomás Gutiérrez Alea

En mi clase “LACS 20: The Politics and Ethics of Development in Latin America” estamos estudiando la invención del concepto de desarrollo.  El libro Encountering Development: The Making and Unmaking of the Third World de Arturo Escobar describe como después de la segunda guerra mundial los países occidentales declararon que para los países de África, Asia, y América Latina a ser “salvados” de su “pobreza,” ellos necesitan adoptar el capitalismo, las ciencias, la tecnología, la industria, las organizaciones internacionales, etc. del Oeste.  En otras palabras, la única manera de mejorar un país es a través del “desarrollo” o la aceptación del sistema oeste.  La expansión del sistema oeste permite a los Estados Unidos y los países prósperos de Europa a ganar influencia económica y política a lo largo del mundo.

Por supuesto, el concepto de “desarrollo” divide el mundo entre los desarrollados y los subdesarrollados, lo bueno y lo malo.  El discurso de desarrollo “relies on this perpetual recognition and disavowal of difference, a feature identified by Bhabha (1990) as inherent to discrimination” (Escobar, 54).  Los países blancos y afluentes afirman su propia superioridad y consecuentemente informan los países negros, morenos, y amarillos de su inferioridad. El mensaje que países pobres necesitan desarrollar implica que su estado actual es deficiente.  Por eso, “Many in the Third World began to think of themselves as inferior, underdeveloped, and ignorant and to doubt the value of their own culture, deciding instead to pledge allegiance to the banners of reason and progress” (Escobar, 52).

En la película Memorias del Subdesarrollo dirigido de Tomás Gutiérrez, el protagonista Sergio menosprecia a su propio país, Cuba, por su subdesarrollo presunto.  Sergio, un intelectual burgués de mediana edad, se considera a sí misma europeizado.  Él rechaza Cuba, y sus mejores, como desaliñada, inconsistente, y simple.

Sergio refleja la mentalidad de desarrollo que Escobar describe en su libro.  Él interioriza el discurso de desarrollo de los países occidentales y consecuentemente percibe a Cuba como inferior.  En su rol auto prescrito como un ambassador de europeización, Sergio trata de desarrollar su ambiente.  Él prefiere mujeres superficiales porque reprimen su inferioridad natural.  Él regala ropas a su novia Elena y la lleva a citas intelectuales y sofisticadas, como a museos y la casa de Hemingway, para desarrollarla y moldearla en su ideal.  Sin embargo, él no es exitoso porque no puede aceptar su personalidad natural.  En Cuba, Sergio lucha con el aislamiento porque no puede relacionarse a la gente que él considera subdesarrollado y inferior a él.

Sergio, sin embargo, no immigra a los Estados Unidos aunque él tiene una aversión a Cuba.  En una escena, Sergio va a un discusión de intelectuales sobre el subdesarrollo.  Un hombre comenta que en los Estados Unidos, los Cubanos son “spiks” y considerados inferior.  Los Cubanos en la discusión, incluyendo Sergio, consideran a si mismos como blanco y superior a otros raíces como los negros. Sergio y los otros intelectuales son en la trampa del subdesarrollo.  Ellos han interiorizados el desdén de los países occidentales a los países tropicales.  Pero porque ellos son de los países tropicales, ellos enfrentan la discriminación en los países occidentales.  Sergio no va a los Estados Unidos porque él sabe subconscientemente que no podrá mantener su complejo de superioridad allí.  Solamente en Cuba puede preservar sus pretensiones.  Porque él acepta el concepto de desarrollo y subdesarrollo, Sergio está maldito a quedar aislado.

 

 

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