¿Cómo y en qué invierte Dartmouth el dinero proveniente de las matrículas estudiantiles?

La historia financiera de Dartmouth empezó en 1768 cuando el mejor estudiante de Eleazer Wheelock, Samsom Occom, viajó a Inglaterra con el propósito de solicitar donaciones y regresó con 11.000 dólares.  Al fin del siglo 19, William Tucker se hizo presidente y reestructuró las finanzas de la universidad con la ayuda de su compañero de cuarto antiguo, Edward Tuck, un empresario exitoso.

En 1972, Dartmouth empezó el “D-plan”. Muchos alumnos piensan que la administración se hizo este cambio para mejorar la experiencia estudiantil.  En realidad, el “D-plan” permitió que más estudiantes podían asistir a la universidad sin la creación de más infraestructura, aumentando las ganancias de la institución.

Finalmente, en 1990, Dartmouth cambió su estrategia financiera para aumentar la dotación.  El mercado global estaba en un periodo de crecimiento en esta época y, por eso, adoptaron estrategias agresivas.  Estos cambios resultaron en las pérdidas que sufrió la dotación entre 2000-2003 y 2007-2009.  Estas medidas tomadas por la administración desde el principio de la institución muestran su enfoque neoliberal (Brown, Wendy 21-22). En dólares de hoy, Dartmouth empezó en 1768 con 336.200 dólares.  Hoy la dotación es más de 4,5 mil millones de dólares.  Los fondos crecieron más de 13.000 veces por el mal uso de la matrícula, buena colección de donaciones y inversion experto en la economía financiera capitalista.

Todo este crecimiento y el “éxito” que ha tenido Dartmouth a lo largo de su historia no ocurrió sin sacrificios morales. Creemos que, como una institución de artes liberales la administración debe ser impulsada por los valores que son inherentes a sus estudiantes y profesores.  No obstante, muchas veces la administración no se sometió a esa lógica e invirtieron la dotación en compañías corruptas o industrias controvertidas.  Un ejemplo muy pertinente la inversion de Dartmouth en combustibles fósiles.  Hace muchos años la universidad invirtió en esta industria debido a su aparente estabilidad.  Hoy en día, muchos alumnos y profesores piden que apoyemos otras formas de energía más limpias y   renovables.  El movimiento “Divest Dartmouth” está tratando de incitar los cambios necesarios pero no les van a resultar fácil.  Dartmouth ha desinvertido por razones éticas solamente cuatro veces en su historia de 250 años.  La última instancia ocurrió en 2012 cuando Dartmouth desinvirtió en tabaco, pero la primera petición de esta campaña empezó en 1992, veinte años antes.  Este resistencia por parte de la administración es una ejemplificación del terrorismo financiero que postula Navarro y Torres.  Dartmouth pone las ganancias sobre el bienestar de nuestro mundo.  Aunque supuestamente Dartmouth educa sus alumnos para crear líderes globales, en este caso sus inclinaciones neoliberales han superado esta meta.

En el futuro, queremos una administración que escuche los deseos de sus alumnos.  Juntos creamos uno de los grupos intelectuales más fuertes del mundo y es imperdonable  que nuestra administración no considera nuestros pensamientos.  La dotación debe ser utilizado ambos localmente, para mejorar la experiencia estudiantil, y globalmente, para ayudar a la gente sin las oportunidades increíbles que tenemos como estudiantes de Dartmouth.  Finalmente, el bienestar ecológico de nuestro mundo es invalorable y por ello la convicción moral de mantener un mundo limpio tiene que ser prioridad antes de las inversiones en industrias no sustentables en términos ecológicos.

Si quieres apoyar al movimiento “Divest Dartmouth” haz click aqui.

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