Transcript I

This interview was conducted on 2 May 2013.

Italics: Interviewer

Normal Font: Interviewee

 

Entonces, Me podría decir su nombre completo?

Mi nombre es Mirtha Hortencia Jáquez Meraz

[Omitted by Interviewee’s Request]

Y, ¿dónde vive ahorita?

Ahorita vivo en Colorado.

Y, ¿cuál es su país de origen?

México.

Y, ¿a qué edad decidió venir a los Estados Unidos?

Yo llegué a los Estados Unidos a mis veinte años.

¿Veinte años? Y más o menos, ¿qué año fue eso?

Tengo 18.

¿18? Más o menos, ¿qué año fue?

¿Mande?

Más o menos, ¿qué año fue?

Yo me vine en el 1995

Okay. Bueno, este, y ¿cómo era su vida en México?

Pues, bonita. Alegre. Padre. [laughs]

¿Qué es lo qué hacía usted allá?

Pues, yo estudie nomas hasta secundaría y de allí decidí irme al rancho con mi papá al pueblo porque él siempre… es agricultero. Ganador y agricultor. Y este, pues, allá le ayudaba a él. Sembrábamos.

¿Qué sembraban?

Sembrábamos maíz y frijol.

Y, ¿hacían más?

Pues, cuando era tiempo de ranchear hacíamos quesos, mantequilla, de todo. [Laughs]

¿Sí? ¿Cómo era su infancia allá en México?

Pues, muy… muy bonita. Alegre. Muy sencilla.

¿Tiene algunos recuerdos que le vienen a la mente?

Ay, ¿cómo de que edad? De cada edad tengo.

Cuando era adolecente, ¿quizás?

Uh, pues. [Shakes head saying no] [Laughs] Pues, sí, tengo muchos muy bonitos. Por ejemplo, cuando éramos chiquillos todos, y pues, cuando estabas en el pueblo, porque yo soy de un pueblo que se llama Nonoava. Y, de allá en el 85, nos movimos a ciudad Aldama, Chihuahua. Pero en Nonoava, uh, a mi me fascinaba porque, en verano sobre todo. Este, nos íbamos a bañar, a jugar al rio con todos los niños, en las arenas. Todo, y bien padre. Brincar charcos [laughs] en tiempo de lluvia.

Y, ¿me puede contar más o menos sobre su vida familiar? ¿Cómo se llevaba con sus padres, sus hermanos?

Pues, bien, gracias a Dios con todos. Claro, con mis hermanos de pronto peleábamos. Pero, pues, bien y siempre bien.

¿Sí? Qué bueno. Y, ¿ahora cómo se lleva con sus padres y sus hermanos?

Pues, igual. Ya, ahora, pues todos están casados. Tienen sus vidas hechas. Y aún así, cuando nos miramos, nos miramos con gusto y ale- contentos. Y pues tratamos de pasar lo mejor que puedamos. El tiempo en familia.

 Ahorita me menciono que usted fue a la secundaria, y este, ¿qué es lo que estudió usted? O, ¿estudiaba para una carrera técnica?

No, lo regular.

¿Regular?

Pues, sí, lo regular.

¿Se acuerda de algún tipo de movimiento político que estaba pasando allá antes de que se vino usted?

Pues, no.

¿No? Entonces, ¿estaba involucrada en las políticas ó no tanto?

Mm, no, casi no. De hecho, allá estuve cuando tuve mi primera votación. El presidente de mi pueblo iba a ser Beto Sánchez. Y, ya estaban otros, pero el otro, él que se veía mas sincero y todo, pues, era Beto Sánchez y yo vote por él. Fue mi primer voto. Cuando yo estrene mi cartilla, mi esta credencial de lector, y de hecho, fue mi primer voto, y ganamos. Ganamos. Gracias a Dios. Y arriba Beto [Laughs]. El presidente de mi pueblo.

Que bueno. Y ¿cómo era su vida religiosa?

Pues, bien. Todo. Cada ocho días ir a misa. Y, de vez en cuando habían platicas para adolecentes. Y pues, iba. Siempre estuve en el catecismo. Muy bien. [Laughs] Allá pues si, hice mi primera comunión. Después mi confirmación, y pues fue todo lo que hice allá.

¿Iba a fiestas ó algo por el estilo?

Ah, pues allá en los pueblos, pero en los pueblos es muy, son muy escasos los bailecitos. De pronto allá hacían bailecitos en, en las casas con una grabadora. Pagamos unos cinco pesos para entrar. Y, pues nos divertíamos porque en mi pueblo, pues, era lo que hacíamos. Teníamos que hacerle de diversión nosotras. Entre puros muchachos y siempre pedíamos permiso. Bueno, pedía permiso una muchacha, eran hermanos, a sus papas para que nos prestaba la cochera y allí hacia el bailongo con la grabadora. Se le acababan las pilas y a cargar. A poner más. [Laughs] Divertido. Los tiempos de antes. [Laughs]

Sí. Y, ¿qué es lo que la motivo para venir a los Estados Unidos?

Pues, yo tenía la ilusión en venir a conocer, y pues se me presento la oportunidad, y pues decidí venirme. De todos modos, pues en México era duro. En mi casa, pues, solo pues mi papá, pues, cree que teníamos una situación muy, de bajos recursos. Y todo. Y, ahora, ya pues [omission by request] este pues ya una ocasión pues estuve comentando con una de mis hermanas, porque siempre en el pueblo estábamos yo y una hermana. Y con mi papá, y una ocasión estábamos, pues se nos enfermo mi papá muy feo. Y pues allí estábamos que no podíamos hacer, pues, nada. Ir a traer el doctor, venir a verlo, y pues él sin dinero, pues, porque no era tiempo de el, de venta de becerros y eso. Cuando era tiempo de venta de becerros y era cuando el agarraba dinero. Y, un día comentando con ella se me presento la oportunidad de venir para acá y dije, “bueno, voy a ir a conocer, y ver como, como esta por allá. Y, ya este, así fue como le dije yo, porque de todos modos él está aquí, está enfermo y no podemos hacer nada. Y, luego, le digo yo, de que estemos aquí las dos, ella que se quedara a cuidarlo. Y, pues usted sabe, como mi mamá estaba en Aldama, mi papá estaba en Nonoava. Y, fue para allá a encargar de las siembras, los animales, todo eso. Y pues, mi mamá estaba en Aldama por que ella se encargaba de todos mis hermanos para que fueran a la escuela y todo. Era la razón por lo que nos estuvimos separados desde el 85, se separo mi familia. Donde nos vinimos a Aldama, y para que estudiáramos, tuviéramos, tuviéramos un estudio mejor, y luego después, este yo, cuando salí de mi secundaria fue cuando me regrese para Nonoava para regresar con mi papá para hacerle, ayudarle, hacer comidas, cosas así que el no, pues el siempre así hacia pero de todos modos era mucho el trabajo en el pueblo y por eso decidí irme y después mi otra hermana también se fue, y estábamos las dos allá. Y así pensamos que un día hablando yo con ella, dije que qué le parecía si yo tenía la oportunidad de irme y ella se quedara allá quizás si había manera yo podía trabajar y ayudarlos. Y, pues, gracias a Dios así fue. Se me cumplió y vine, y luego ya, aquí dure. Después de siete meses empecé a trabajar. Y, ya tenía la oportunidad más, de pues, de mandarles dinero, y de que ellos estuvieran pues, para. Yo trabaje más bien para que ellos estuvieran mejor y ayudarlos. Y gracias a Dios sí lo hice.

Sí. Y, ¿pues, te, y que, cómo se le hizo encontrar trabajo al principio aquí?

Es que, al principio cuando me vine aquí llegué a casa de una tía y ella, pues, tenía, tiene dos hijas. Y, una tenía un bebe de tres meses cuando yo llegué. Y, la otra estaba embarazada. Yo llegué en enero y en febrero se alivió la otra. Entonces, me tuvieron cuidando niños. Allí claro, ellos no me pagaban ni nada. Pero, allí estuve, y yo por mientras, pues viendo como estaba aquí. Y ya después hubo un problema allí. Que ya tuve que salirme de la casa de allí, y ya tuve que empezar a buscar trabajo. Anduve en algunas hotelerías y al último, al prin—conseguí en el, en el, un hotel. [Inaudible] ¿Mande? Conseguí trabajo en unos condominios enfocando en limpieza. Y, el condo, los condominios se llamaban Craigwig en Esnomas. ¿O sí? Allí trabajé toda una temporada. Y entonces vino el [inaudible], a y ya, este, nos descansaron y ya estábamos esperando para que llegara otra temporada para empezar. Y después, ahm, yo tenía una patrona que le limpiaba su casa cuando yo descansaba en el hotel. Y luego, ella era amiga de otro hotel, del gerente de otro hotel. Y un día fuimos a tomar café al Little Nell. Y luego yo le comenté que me gustaría trabajar, y ya me dijo, “O, sí. ¿Te gustaría trabajar en este hotel?” Dice. Y, le dije yo, “Sí, claro.” Le digo yo, “sí se pudiera que padre,” le digo, porque es aquí en Aspen. Y después ella me dijo, “O vente, vamos” Y fuimos allá con Eric Calderón. Era el gerente y era su amigo. Y allá le dijo que, si había posibilidades de que, de que me pudiera contratar. Y allí le dijo, “No, sí,” dice, “Ya está, va a empezar la temporada, y ahorita es el tiempo en que estamos agarrando gente para prepararlas y todo. Y, sí. Me mando a llenar unas aplicaciones, ella me las lleno, me las lleno y luego ya las lleve. Y, sí, lo luego me agarraron. Gracias a Dios. Y allí trabaje en ese hotel por ocho años. ¿Ocho años? Ocho.

Wow. Y, ¿recibió algún tipo de discriminación en su trabajo?

Pues, no. Gracias a Dios. ¿No? No, siempre tuve muy buenos, buenas compañeras. Muy buen jefe. Cuando yo llegué a ese hotel, estaban buscando una manager para housekeeping, y tenían una señora y, pues no aguanto. Después vino otra y no aguanto. Y después llego a los, como a los quince días, o a los veintidós días llegó una señora. Era de Sinaloa. Ella se llama Emily Rodriguez. Y ella vino a empezar a, vino a, tomo el puesto de manager. De housekeeping, y de hecho era una patrona que teníamos. Era, pues, era latina y todo, o pero era, o parecía de esas personas carceleras. Bien dura. Era estricta, pero su, esa, como ella era muy exigente, muy estricta y todo, muchas, casi todas queríamos que se saliera. La queríamos sacar, y todo así. Y de hecho gracias a ella nosotros aprendimos mucho. Y, pues era un hotel de cinco estrellas, y en todos esos ocho años que yo dure trabajando, se mantuvo el hotel en su nivel, y este, y ella, pues. Gracias a ella muchas, nos hicimos muy responsables. Mucho más de lo que ya éramos. [laughs] Y aprendimos mucho de ella porque cada día ella siempre nos enseñaba una palabra, siempre había una palabra en ingles. Y era la palabra del día y ya, pues si ahora es perro, pos teníamos que decir “dog” [laughs] Sí, sí, y allí empezamos a aprender cosas porque en ese hotel, al último, ya era, al principio pues como cuando teníamos la manager que era, pues, americana ella, este, pues, muchas batallábamos para comunicarnos porque habían muchas personas que éramos compañeras que acababan de llegar de México, no entendíamos el ingles bien y todo. Y después ya cuando ella vino, u, a nosotros se nos facilito todo. Porque teníamos una manager que hablaba español, la supervisora es español, pues toda la compañerismo. De hecho nomas había solo una housekeeping americana. Y ella era una señora grande, y de hecho ella duro allí unos años. Y, casi las, las housekeeping que entraban americanas si mucho apenas las entrenábamos del primer día al segundo y ya no volvían. No porque decían que era un trabajo muy pesado. Que ellas no podían. Y, y de hecho, Melinda, ella era americana, y ella si podía casi siempre íbamos a ayudarle a que sacara su trabajo, pero, pues casi siempre íbamos a ayudarla a que lo sacara, y ella estaba muy contenta con todas. Y, ella aprendió a hablar en español, y nos enseñaba a decir… Nosotros jugábamos con ella. “Y, ¿cómo se dice esto?” Le hablábamos en español. Ella aprendió español, y nosotros, pues, pues ingles también. No, yo no sé mucho ingles hoy en día hasta la fecha porque mi problema es de que, casi no lo entiendo. Hay tiempos en que lo entiendo, y hay veces que no. Yo no sé. Pero, a veces puedo hablar, pero a veces, mi problema es que no puedo entender. No se si me entienda.

No, sí, sí. Sí la entiendo. [Laughs] Sí. Y, si era el trabajo muy pesado, ¿por qué decidió usted quedarse?

Pues, era pesado porque era muy estricto. Y, muchas veces porque tenía miedo de salirme de allí porque, para buscar otro se me hacía muy difícil. Era por eso que aguantaba, aguanté. Al principio se me hizo que no la hacia. Nos daban ocho cuartos para todo el día. Y, eran ocho cuartos para una persona, y al principio se me hacía muy pesado, muy difícil y todo. Pero ya, cuando ya le agarre la onda, u, era una de las primeras que terminaba y ya. Iba a buscar mis compañeras para ayudarles. Y les ayudábamos. Y nos hacíamos [inaudible] y hacíamos muy buen equipo. Después íbamos a cuidar a todos, y a todos los que estaban en el piso de uno, y era de tres pisos ese hotel, y luego a, íbamos a ayudarlos y sacábamos el trabajo, pues. Teníamos que salir a las cuatro de la tarde, y yo casi siempre era una de las primeras que terminara. Y no es porque fuera yo. Tenía una compañera de trabajo también. A Susana Riola. Ella, ella también se acoplaba y casi siempre acabamos juntas. Y ya de allí, nos íbamos a ayudarle, y a juguetear allí. Siempre. De hecho mi manager siempre me decía que parecía sonaja. Andaba muy loca. [Laughs]. A veces, “¿dónde está sonaja?” “Ya te escuche” de por si, yo, es que yo, pues tengo una de este, que no puedo hablar despacio, si no de que muy recio. [Laughs].  Y a mi, en eso aprendí de todo. Housemaid, housekeeping, laundry, de todo. Yo era mil usos. Cuando faltaba algo, yo sabía por donde encontrar todo. Y en un año que empecé, en un año me entrenaron para todo. Para muchas cosas, y este, y ya cuando, nomas decían que necesitaba tal cosa y si me preguntaba, o pues de volada. Porque allí cuando un huésped pide algo, cinco minutos uno no puede tardar. No importa que vaya hasta el tercer piso, cinco minutos no debe de pasar. Para uno lleve algo. Y pues de volada, a agarrar escaleras y correr, y llegar a tiempo. Y buscar la cosa para llevar al huésped.

¿Sí?Y ¿cómo se llama este hotel donde que trabajo?

El Little Nell.

¿Little Nell? Okay. Y, ¿en que trabaja ahora?

Ahora, pues estoy trabajando en Carbondale, en un colegio de, es un colegio privado. Este se llama Colorado Rock Mountain School el CRMS. Ay, no se pronunciarlo bien pero ay, allí va. [Laughs] Jaja, no esta bien. Sí.

Y, ¿qué hace allí?

Pues estoy allí muy contenta. Pues, lo mismo. Limpiar, casi directora de la escoba y del trapeador. [Laughs]. Estoy jugando [Laughs] No, no, no. De limpieza. Trabajo todavía.

Y aún, y ¿es, ósea allí la tratan aún igual ó… osea?

O, bien, pero allí yo trabajo como quien dice, sola. Yo se lo que tengo que hacer. Y si lo puedo terminar esta bien. No hay problema. Porque trabajar en una escuela es muy difícil porque muchas veces uno, y luego por ejemplo, limpió dormitorios. Limpió los edificios y todo. Y es difícil porque a veces termino de limpiar un edificio, ¿veda? Y luego, a los cinco minutos vienen los niños y ya esta el desorden. Y, pues esta otra vez igual, y, y pues yo allí trabajo y no me importa. Y hay muchas personas, pues, que se molestan porque los niños vuelven a tirar. Pero, pues, yo se que limpie. Y ya después no es mi problema.

Y, ¿cómo se compara de allí al Little Nell?

Este, pues el Little Nell, allí uno tenía supervisora, y lo checaban a uno, y, no. Pues, no hay mucha diferencia. La única diferencia que tengo acá en este trabajo de hoy. Es de que allí puedo llegar a la hora que pueda, y no tengo una hora exacta para llegar. Y, trabajo mis ocho horas. A veces un poquito más, un poquito menos, y no hay problema. Pero, mi trabajo, ósea mientras yo hago mi trabajo, a veces si lo hago bien rápido y acabo, y ya quiero venirme, no hay problema.  Y si llego tarde, no hay problema, también. Y, si yo tengo algo que hacer, alguna cita o algo, yo voy y poncho, y salgo de mi trabajo, y al ratito regreso y no hay problema. Es lo que, es lo que tengo. Digo yo. Ese es un beneficio que no en cualquier trabajo lo puede encontrar. Porque si tiene un trabajo, como el del Little Nell, de las ocho a las cuatro, si me quiero salir, tengo que pedir permiso y si no me lo dan, no voy a poder. Me dicen que las cosas son para el día que yo descanse. Por los negocios y todas las citas que vaya a tener es para el día que descanse. Y acá donde estoy ahorita, no. Allí si tengo una cita a las diez, a un doctor o a la escuela de mis niños o algo, salgo, y al rato ya regreso y continuo con mi trabajo. Y, no hay problema.

Guao, mucha diferencia entonces. [Laughs]

Muy flexibles allí.

Sí. Y, ¿cómo ve que su trabajo afecta a su familia?

Pues, afectaría a mi familia en la forma que, pues uno tiene que trabajar, verdad. En la forma que tengo que dejar a mis hijos. Y, por ejemplo, tengo tres hijos. Dos niñas van a la escuela tiempo completo. Y el niño, pues no. Apenas va a comenzar su kínder. Pero, de todos modos. Cada vez tengo que llevarlo a la babysitty y las niñas pues van a la escuela, y vienen, y este. Y pues eso, que uno los desatiende. Los desatiende mucho también.

Bueno, este, yendo para atrás cuando usted entro a los estados unidos, ¿cómo es que usted entro aquí?

Pues, ¿la primera o la segunda? [Laughs] Ambas. Bueno, fui a México a, bueno cuando entre la primera vez, me vine con una tía, y de hecho, use unos pape—una acta pero, no preguntaron nada. Nomas me vieron, vieron el papel, y ya. Me dejaron pasar. Muy fácil. Y, pues, ya co—estuve aquí. Como a los tres años y medio, fue cuando regrese a México, entonces si busque a una persona que me ayudara a pasar.

¿Cuánto tiempo duro en México?

A, fui nomas por tres semanas. Por tres semanas, y luego me regrese para atrás.

Y, ¿cómo es que regreso?

Pues, busque a alguien que me ayudara a pasar. Y pues, caminando.

¿Cómo fue el viaje?

Muy cortito. A, pase por piedras negras [Laughs] Y este, pase por piedras negras, y solo rodeamos unas piedras así. Y dimos, como, caminamos mucho como diez minutos. Dimos la vuelta al llegar al Wal-Mart. Y ya de allí nos, nos levanto un taxi, y ya nos trajo a una casa y ya al otro día nos trajeron a Pheonix. Y, ya de Pheonix nos mandaron en avión a Denver.

¿Por qué a Denver?

Pues, porque yo estuve viviendo acá en Carbondale, Colorado. Acá en Colorado. En Carbondale, y de este acá a Denver nos llevaron. Y ya de Denver, me vine. Para acá porque está más cerquitas.

Sí, y ¿por qué decidió venir a Colorado?

Pues porque, pues uno como, aquí uno tenía un poquita familia. Y luego, y luego pues uno no conocía a nadie más y fue porque era un lugar donde yo podía llegar. Porque había alguien que me conocía.

Sí. Y, ¿cómo se sintió usted cuando, ósea, al venir a los estados unidos? ¿Cómo se sintió usted?

Muy triste.

¿Por qué?

Porque deje a mi familia. Mi mamá, mi papá, y todos mis hermanitos. De hecho, pues, somos ocho. Y, pues se me quedaron siete hermanos allá. Dos hermanos y cinco hermanas. Mi mami y mi papi. Oy. [Laughs]. Y se siente bien feo. Cuando uno viene y sabe que los está dejando allá. Y cuando llegas aquí, a un lugar desconocido, que miras para todos lados, y te sientes mas solo. Entonces, pues, el primer día, pues es, llegamos primero, a, me vine con una tía. Ella me trajo desde de Juárez para acá, y luego, este, llegamos primeramente. Teníamos un tío muy grave en Las Cruces, y la primera noche, nos quedamos allá en las cruces. Fuimos al hospital a visitarlo. Gracias a Dios que me toco mirarlo antes de que el falleciera, que en paz descanse. Y, luego, a otro día nos seguimos el camino. Esperamos en Delta, y al otro día llegamos a Carbondale, y yo todavía pensaba que nos faltaba otro día para llegar y se me hacía lejos, lejos el camino. Porque nos quedábamos en casa de, visitando familia de mi tía. Pasó a visitarlos a ellos aquellos que quedan, como se dice, en el camino. Y luego ya llegamos aquí, y yo pensé que todavía no llegábamos a su casa, teníamos dos días y dije, cuando íbamos a llegar a casa de ella, y dijo, “Mirtha, esta es mi casa” [Laughs] Y le dije, “Yo pensé que era, había otra” [Laughs].

Y, ¿Sabe cómo se sintió su familia cuando usted decidió venirse?

U, pues, para que le cuento. Mi papá no me quería dejar venir. De hecho casi, pues, nos, no me quería dejar venir. Al último yo le deje que si no me dejaba venir con su permiso o sin su permiso me iba a venir. El me dijo, “Es que yo no tengo dinero.” Yo le dije, “O, no. Pues, si yo tengo.” [Laughs] De mis ahorros porque el siempre nos daba los domingos cada domingo. Y, y ya, este, al ultimo me dijo, “Bueno, si todavía te vas a ir, a, no quiero que te vayas así. Vas a tener mi permiso. Y, me dio su bendición y, “Que le vaya bien.” Me dijo, y “cuídese mucho.” Esas fueron las palabras de él. Y yo le dije gracias, que no lo podía creer. [Laughs] Y luego, pues, ya me vine del pueblo a Aldama, porque en Aldama estaba mi mamá, y pues claro, tenía que despedirme de ella, y todo. Y fui, y le dije, y pues, se soltó llorando y a la vez le dio gusto porque iba a venirme con su hermano de ella. El vivía acá, y a la vez se ponía muy triste y de hecho no me dejo venir sola a la frontera. Se vino ella conmigo, y yo tenía mucho miedo porque decían que Juárez era muy peligroso, y yo tenia mucho miedo de que ella viniera y se quedara allí sola, y de hecho vino, y miro a su hermano, y me encargo mucho con él. Y, ya, pues me dio la bendición, y se quedo llorando, y, pues, igual yo. Y ella hasta la fecha dice que parece que vino el gavilán y le robo su pollo [laughs]. Fue cómo si un gavilán le hubiera robado un pollo, dice. [Laughs].

¿Cuál fue su primera impresión de los Estados Unidos?

Pues, la nieve. [Laughs]

¿Sí? ¿Por qué la nieve?

Pues porque llegue en enero, y llegamos a la casa de mi tía, teníamos dos días, y había mucha nieve y nomas me asomaba, me iba para un lado, me iba para el otro, y me desespere que yo pensaba que todavía quedaba otra casa mas para llegar a la casa de ella. Y ya cuando tuve dos días le pregunte, “Pues, ¿dónde está su casa tía?” Y dijo, “O pues esta es” [Laughs] Y yo todavía quería seguirle más.

¿Qué tipo de desafíos encontró aquí y cómo los supero?

[Omitted by Request]

Bueno, este, ahora hablando de su vida aquí en los Estados Unidos, ¿ha cambiado su impresión de los Estados Unidos durante su tiempo aquí?

Pues, no sé en que aspecto.

Este, ¿cómo cambio su estilo de vida aquí en comparación en México?

No, pues, como siempre. Uno se acostumbra a las comodidades y aquí, y pues sí. Es, muy diferente. Una vida muy diferente. ¿Cómo? Pues, uno se acostumbra aquí a muchas comodidades que hay que allá en México, pues están, menos. O sea, como más bien, se impone uno a lo bueno.

Sí, ¿cree me podría algún ejemplo?

No pues, tan solo que con que aquí las casas tienen calentón y allá no.

Bueno, este, ¿cómo ha cambiado la forma en que los demás incluyendo su familia, tal vez, la han tratado aquí ahora en comparación a cuando llego? O, cuando vino aquí a los Estados Unidos?

Pues, no, pues ellos siguen siendo igual. Ellos siguen siendo igual. Pues, ahora la diferencia que hay las distancias. Que estamos nosotros lejos de ellos, de mis papas, pues que viven allá, y de hecho pues, pues hermanos.

Sí, y ¿qué ha hecho usted para mantener contacto en México?

Pues, hablar por teléfono. Antes, pues eran puras cartas, escribían porque no habían teléfonos. Después hubo la oportunidad que en mi pueblo, uf, pues, que en mi pueblo pues, este, hubo la oportunidad que anduvieron poniendo cables para el teléfono. Y luego, pues gracias a Dios pude ponerle teléfono a mis papas. Porque mi papá, había una caseta en el pueblo. Y cada vez que yo llamaba, tenían que, tenían que mandar un mensajero y yo volver a llamar para ver si vinieron mis papas o no. Si no venían porque no podían, o no los hallaban, pues yo me ponía muy triste. Y, ya cuando ellos estaban, pues yo muy contenta. Y luego después ya,  a veces mi papá, como ya, seguía más enfermo, más así, se cansaba, no podía estar parado, casi, solo acostado, y así. Y no podía mucho caminar. Este, a veces, por esa razón el no venía al teléfono, y pues yo, pues imagínese, me ponía muy triste y todo. Y luego, ya después que hubo la oportunidad, les pude poner teléfono en casa. Mi papá, pues de hecho se enojo porque el no quería esas cosas, que no le gustaban, entonces, después yo le decía hasta le lloraba, le decía, “Es qué, si tiene teléfono en casa, usted hasta allí acostado puede estar con uno cuando uno le llame.” “No,” dice, “yo no quiero esas cosas,” dice, “que ni conozco.” Y después, de este, de todos modos pague para que les pusieran el teléfono, y cuando fueron, mi papá pues les dijo que no. Y entonces, que porque faltaba un poste que pusieran, y después les dice mi papá, “No, no lo pongan. Cancélenlo.” Y luego ya, lo cancelan, y después hable a ver que numero era el numero de la casa, y me dicen, “No, tu papá cancelo todo.” “¿Cómo?” y volví a pagar. Y, porque le regresaron a él el dinero para atrás. Y luego, yo volví a pagar y les dije, “Pónganle el poste, y pongan el teléfono.” Después de que se lo puse, u, ya no se despega del teléfono. [Laughs] y ya esta muy contento porque ahora si ya puede hablar de allí. Ya, ahora, ya después entraba a la casa desesperado porque el teléfono no timbraba. [Laughs]

Y, usted va a México, ¿verdad? ¿De vez en cuando?

Sí.

Mas o menos, ¿cada cuanto va?

Ay, pues, antes cuando no tenia los recursos para ir decía, si yo tuviera, puse papeles para ir, uf, fuera una vez al mes. Siempre decía eso, o mas seguido. Y ahora que los tengo, no es cierto. Ahora no voy porque no tengo dinero. A veces. [Laughs]. Pero, no de todo modos, sí. Este una vez al año o dos veces voy. Pero a veces me tardo.

¿Va para, por ocasiones especiales ó nada más para visitar?

Pues, me ha tocado de ir cuando están en el hospital mi papá o mi mamá. Me ha tocado ir así que me vaya de emergencia, y también, este para tiempo de vacación como Navidad o así, también me ha tocado ir.

Y, ¿va usted sola?

Pues hay veces cuando voy con la familia, y hay veces cuando voy sola. Cuando están en el hospital mi papá o mi mamá porque se la pasan malos a veces, este, prefiero irme sola porque una vez me lleve a mi niño y, fui, dure dos semanas, y el niño no podía entrar al hospital y siempre tenía que buscar alguien que me lo cuidara para estar yo allá adentro con mis papas, con mi papá. Y, ahora cuando están, siempre, pues, trato de mejor ir sola para poder, pa’ pues no estar con la mente de los niños allá. Si ya comieron o no comieron, y así. Y este, y, pues cuando vamos de vacaciones, pues vamos todos.

Está bien. Y, ¿cómo obtuvo su residencia, usted?

Por parte de mi esposo.

Este, para usted, ¿dónde está su hogar? México, Estados Unidos, ¿dónde siente que pertenece?

 Pues, yo me siento de México. Estoy aquí. Yo se que este no es mi país, pero, pues, aquí tengo mi casa. Aquí vivo con mi familia y todo, pero mi origen es de allá. De México. Yo se que no somos de aquí. Si algún día, pos, no nos, si algún día, este, uno quisiera regresar, pos, también para allá. Pues, podría ir, pero las de esta, y allá pues era un vida para, para vivir. Una vida menos estresante. Y aquí es estresante porque uno pos tiene que trabajar, y hacer, allá trabaja uno también, pero aquí trabaja uno con el tiempo, con el reloj y todo. Y allá, no. Allá el trabajo es diferente. Más si no trabaja en lo propio.

Y, usted ¿dónde piensa que es el hogar para sus hijos?

Pues, yo pienso que aquí.

¿Por qué?

Porque, pues aquí nacieron. Pues tienen que aprender aquí. A mi se me hace los más importante. Que ellos estudien aquí, y pues, ya después de que estudien, si quieren ir a México a vivir con nosotros. Pues, vámonos. [Laughs]

¿Cuáles son sus esperanzas para sus hijos para el futuro?

Pues que estudien, y que salgan adelante. Y que aprendan algo, algo mejor de lo que yo hago. Yo como no estudie, pues solo limpiar se. Y, yo quisiera que ellos estudiaran algo profesional. No se, no tengo idea ni que, ni que se les, que es lo que ellos vayan a querer. Cuando yo le pregunto a la niña grande que es lo que quiere hacer, pues, ella me dice que maestra.

Am, ¿ha pensado usted en regresar a México y quedarse allí?

Pues antes si pensaba, pero ahora ya no. Ahora ya dudo más.

¿Por qué?

Por el hecho de la violencia, y todo eso, es algo que, pues si me fuera yo, pues, estuviera bien, pero como tengo a mis niños, pienso en ellos y pues no. Sinceramente pienso que no es nada bueno para ellos. Mucho peligro.

¿Còmo están las cosas en México ahorita?

Pues, hay mucho secuestro. Mucho asesinato. Mucho, ah, que te roban, te amordazan, o como se dice, y llegan amordazan, sí.

¿Cuáles son sus planes para el futuro?

Pues, seguir aquí por mientras los niños crecen, y darles estudio. Y pues, tratar de salir mas adelante. Hecharle ganas.

¿Sí? Está bien. ¿Hay algo que usted quiere que sepan o algo mas que quiera contar?

¿Como qué?

Sobre sus experiencias aquí. Algo que usted quiera que sepan las demás personas.

[Shakes head]

¿No? Está bien.

Pues, no.

Este, ¿algo de cómo los Estados la ha cambiado a usted, en persona?

Pues, yo me siento igual. Pues, mas independiente. De hecho yo desde chiquita a mi, pues me ha gustado ser independiente de todo lo mio. Y pues aquí, mas responsable se hace uno también, y todo.

Okay. Pues eso concluye la entrevista. Muchas gracias por toda su ayuda tía.